Como seres humanos formamos parte de los ecosistemas en los cuales vivimos y, de la misma forma que podemos ser agentes erosionadores que destruyen su entorno (el 75% de los ecosistemas mundiales han sido significativamente alterados), también podemos ser agentes regeneradores. Es por eso que centramos nuestro trabajo en la restauración ecológica en defensa de nuestro derecho a espacios verdes y en frenar la alarmante extinción y degradación de nuestro entorno.